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Planeación y gestión estratégica de resultados

Actualizado: 26 abr 2022

Por: Jorge Mohar


¿Tiene tu empresa el plan estratégico y el presupuesto de operación ya definidos para el nuevo ciclo? Si ya los tiene, ¿has previsto cómo implementarlo en la organización? Es importante que todo el personal lo conozca, esté alineado y sepa cómo contribuye a los resultados, sólo así asegurarás que el plan se cumpla y que se logren los resultados deseados.


Normalmente se tiene la idea de que elaborar un plan estratégico requiere demasiado tiempo y esfuerzo y con frecuencia es inútil, resulta muy complicado darle seguimiento o no se sabe cómo hacerlo, por otro lado, si la empresa ahora va bien entonces no se necesita y si va mal no hay tiempo ni recursos para elaborar un plan estratégico, hay “otras prioridades”.


Recientemente el director general de una empresa textil me dijo: “en este momento tenemos el problema de que no contamos con abasto suficiente de insumos, la materia prima que necesitamos está muy escasa, no tenemos tiempo para hacer un plan estratégico”. Y otro cliente tiempo atrás, en el ramo de hotelería y con una línea de pensamiento similar comentó: “nuestro problema ahora es llenar los cuartos, no tenemos tiempo de planear”.


Es común que los directivos no se escuchen a sí mismos, ni se den cuenta de sus propias contradicciones. Los directivos y dueños de empresas están tan inmersos en la vorágine operacional del día a día, que pierden perspectiva de su papel en la empresa, el cual reducen a resolver problemas y a pastorear a sus equipos directivos para que hagan las cosas que, con frecuencia, ni tienen claras ni están convencidos de ellas pues posiblemente surgieron de improviso para resolver, literalmente para apagar fuegos.


Hay que notar que existe una relación inversamente proporcional que dice: “a menor planeación, mayor improvisación, a mayor planeación menor improvisación”. Planear es una inversión, principalmente de tiempo. Tiempo que le dedicaremos al acto de tomar decisiones y tiempo que nos ahorraremos en corregir errores por ausencia de planeación. También es una inversión de costo, tanto por el tiempo del equipo directivo que le dedicará a la planeación, incluido el costo del servicio de un experto que los conduzca, pero sobre todo el costo que nos ahorraremos al anticipar situaciones que de no hacerlo saldrían mucho más caras.


Es importante considerar que la planeación no es un hecho aislado que se da una vez al año y basta. La planeación es un lado de la moneda, el otro es la implementación y su seguimiento. Esta es posiblemente la parte más importante de la ecuación, aquí es donde todo lo planeado deberá cristalizarse, la etapa de hacer realidad lo que se puso en el papel. Implica la definición de compromisos claros, el establecimiento de métricas y el seguimiento hasta su concreción. Pero allí no termina el proceso, en realidad es sólo el comienzo de un viaje que se renueva y actualiza a un ritmo que deberá permanecer siempre. Implica una forma nueva de trabajar, una manera diferente de hacer las cosas, un método basado en el dicho que reza “medir para mejorar”.


¡Gracias por leernos!




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