Por: Eduardo Romero Bardawil
A menudo pensamos que tenemos un mercado de compradores cautivo, por lo que no ocupamos más que continuar haciendo lo mismo de todos los días para seguir con la preferencia de nuestros clientes por siempre. Sin embargo, esto no es así, ese mercado nos favorecerá con su preferencia siempre y cuando el satisfactor que le ofrezcamos, realmente cumpla con su expectativa por sobre la que nuestros competidores les pueda ofrecer.
Los Gustos y Preferencias de los consumidores han registrado cambios provocados por diferentes circunstancias incluida la reciente pandemia que acosa de un tiempo para acá, a nuestra Humanidad.
Han surgido nuevas formas de satisfacer las necesidades de nuestros clientes y consumidores, y algunos proveedores ya se adecuaron a esos nuevos requerimientos.
Tomemos como muestra algunos ejemplos:
UBER y DIDI, servicio de renta de auto con Chofer.
AMAZON, una de las primeras en vender bienes a través de internet.
KAVAK, compraventa de autos seminuevos o usados, reúne a vendedores y compradores de vehículos usados en una aplicación.
AIRBNB, BOOKING…
Podemos encontrar estos y otros miles de ejemplos en todo el mundo que han cambiado la forma de hacer negocios. ¿Tú estás como hace 10 años?, ¿Cuánto crees que pueda seguir el negocio?, ¿estás pensando cómo darle la vuelta otros 10 años?
También vemos que empresas de bienes o servicios se han modificado de manera significativa, presentando más usos y sirviendo de sustitutos de otros que anteriormente utilizábamos.
Ejemplos:
Navaja suiza, desde sólo la conocida hoja con filo eterno a herramientas y dispositivos de diversa utilidad.
De celulares a smartphones, que incluyen desde el teléfono, hasta cámara fotográfica, reloj, brújula, televisión, y una serie de elementos que se irán incrementando y de alguna manera contribuyen a la satisfacción de sus clientes y consumidores, por lo que como consecuencia se reacomodó en el Mercado la participación de cada Proveedor.
¿Se acuerdan del FAX? ¿De los aparatos GPS? ¿De los walkman?...
Estos cambios y adecuaciones no se han dado de la noche a la mañana, han sido producto de una serie de modificaciones en los gustos y preferencias del consumidor por un lado, y por otro, respuesta a avances tecnológicos o de producto.
Recordemos que un satisfactor no es solamente el producto (bien o servicio), también incluye el precio a que se vende, la manera y lugar de distribución, y la forma de promoción (esfuerzos de comunicación).
Siempre debemos poner al centro al cliente y considerar que es lo que vendemos, a qué precio, dónde y, como lo promovemos, poniendo al frente los deseos y gustos del consumidor y por supuesto observando a la competencia y los cambios del mercado, pues cuando olvides esto, habrás perdido la carrera.
Las empresas, algunas nuevas, y otras ya establecidas, que han tomado como directriz las nuevas formas de satisfacer al consumidor, están tomando la delantera en un mercado más competitivo, y con consumidores cada día más exigentes que buscan siempre lo nuevo y mejor. Si no tomas lugar en este cambio, estarás a lo mejor perdiendo no solamente la oportunidad de crecer, sino de no poder mantener tus clientes actuales, con la consabida caída de tus ingresos, utilidades, y muy posiblemente, tu desaparición del mercado en el que te encuentras.
¿Valdrá la pena cambiar? Solo tú tienes la respuesta.
¡Gracias por leernos!
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